lunes, 19 de noviembre de 2007

Informalismo Argentino


Contexto histórico del país:
Durante 1958 en Argentina se celebraron las elecciones presidenciales, obtuviendo Arturo Frondizi la presidencia gracias al apoyo de los peronistas.
“Toda la intranquilidad sindical y de los continuos incrementos en el costo de la vida se lograron estabilizar a principios de 1959, con una estabilidad económica gracias a la ayuda de sustanciales créditos y préstamos extranjeros...







Frondizi, después de varios sucesos, fue obligado a renunciar y, puesto que el vicepresidente había dimitido poco después de su asunción, asumió la presidencia el entonces vicepresidente primero de la cámara de senadores, José María Guido...
Su mandato fue manipulado por las Fuerzas Armadas, en cuyo seno se produjeron una serie de enfrentamientos entre los más acérrimos antiperonistas y anticomunistas (los colorados) y la facción constitucionalista (los azules), la cual se impuso y se convocaron nuevas elecciones en 1963, en las que se prohibió la participación de los peronistas. Donde resultó elegido presidente Arturo Umberto Illia, un moderado de la UCRP, quien anunció un programa de recuperación nacional y regulación de las inversiones extranjeras, intentando controlar el aumento de los precios, la especulación y la intranquilidad sindical, mediante la promulgación de leyes que establecían precios fijos y salarios mínimos...


En las elecciones de 1965 los candidatos peronistas obtuvieron considerables avances, aunque el partido de Illia mantuvo, con 71 escaños, la mayoría en la Cámara de Diputados. La intranquilidad sindical se incrementó en 1966, mientras los peronistas seguían ganando elecciones parciales. Como resultado, en junio de ese año se produjo un golpe militar y se estableció una Junta que nombró presidente en primer lugar a Juan Carlos Onganía, suspendiéndose todas las garantías constitucionales. Luego a Roberto Marcelo Levingston y, finalmente, al teniente general Alejandro Agustín Lanusse, que asumió su cargo en 1971.”(Encarta, 2003)














Contexto del movimiento artístico:
El Arte Abstracto, ocupa un lugar importante y central en el arte argentino a partir de los años 40´.
En éste panorama de la abstracción, en Buenos Aires, el informalismo marcó una ruptura central. Sus planteos plásticos y teóricos abrieron un campo fundamental de libertad señalando el pasaje del arte moderno al arte contemporáneo. Se trata del cierre de la idea de lo “artísticamente correcto”. En muchos aspectos el informalismo funcionó como la apertura a las rupturas más radicales de los años sesenta. Tales como el arte de objetos, el arte destructivo, los happenings, las ambientaciones, el arte de participación, el arte conceptual y la nueva figuración. Sin embargo, ese gesto provocador inicial se convirtió también, en algunos casos, en un modelo confortable que adquirió, rápidamente, éxito entre la crítica, el público y los coleccionistas.






Según el texto de Historia del arte Argentino , el año 1960 fue muy importante para las artes en la Argentina. Ya que “...durante las celebraciones patrióticas en torno al Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, convocaron tanto a revisiones del desarrollo artístico nacional como al lanzamiento de programas abiertos a la renovación y al futuro.
Este despliegue de imágenes, permitió exhibiciones alimentando evaluaciones y confrontaciones...
El discurso internacionalista que estimulaba la idea de una necesaria actualización y sincronización cultural después de los años de aislamientos impuestos por el peronismo, y que había tenido un fuerte impulso durante la revolución libertadora, tuvo desde este momento un gradual pero significativo quiebre discursivo. De ahora en más se crearía un consenso creciente en torno a la idea de que el arte argentino había impuesto en hora su reloj y que, por primera vez, el impulso creativo de los artistas de Buenos Aires corría paralelo, e incluso por momentos anticipado, al ritmo que sacudía a los grandes centros artísticos. Había una necesidad de confiar en que estaba el reconocimiento del arte argentino que permitiría hacer de Buenos Aires un centro internacional de arte. Desde ese momento, el internacionalismo fue, paradójicamente, una forma de nacionalismo.
Se sentía una cierta urgencia flotando en el ambiente, que provocó que, en ese mismo año 1960, después de un viaje apresurado por Europa y por los Estados Unidos para comprar las últimas expresiones del arte de vanguardia, el joven industrial Guido Di Tella presentara la colección que había iniciado su padre en el museo Nacional de Bellas Artes, junto al lanzamiento del Primer Premio Pintores Argentinos y a una muestra individual del informalista italiano Alberto Burri. Quedando así inaugurada la actividad del Instituto Torcuato Di Tella, un espacio central para el desarrollo del arte de los 60, para la promoción de la vanguardia y para la instrumentación de políticas tendientes a la impostergable internalización del arte argentino.
Por lo tanto, para un país que había logrado atraer un significativo caudal de capitales internacionales y que se encontraba en una intensa fase de crecimiento industrial, era necesario tener un arte renovado y distinto, capaz de representar la imagen de esa nueva nación que se gestaba.”
El Informalismo lanzado en la escena local en 1959 con una serie orquestada de exhibiciones, rápidamente se agotó en un amanerado academicismo del gesto. Viniendo otros programas rápidamente a suplantarlo, marcando su ingreso con todas las estrategias de la vanguardia: irrupciones programáticas, declaraciones de principios, manifiestos, y la certeza de encontrarse ante la aventura de anunciar el futuro.
La Galería Pizarro fue la principal difusora de las expresiones informalitas, que se inauguró con exposiciones de Greco y Pucciarelli.
Entre 1961 y 1966, la vanguardia Argentina fue renovación del lenguaje, imperativo de ruptura con lo establecido y necesidad de anticipación. Porque ante el intenso dinamismo institucional que transformó el medio artístico y como implícita respuesta a los discursos insistentes que interpelaban a los artistas pidiéndoles un arte radicalmente distinto, surge, casi simultáneamente, todo un conjunto de programas de vanguardia.
Durante 1961 se presenta en la galería Peuser la exposición Otra Figuración, con obras de: Noé, Macció, Deira, de la Vega, Muchnik y Makarius, grupo que en lo sucesivo integrarán los cuatro primeros y que se conocerá como Nueva Figuración.
Los cuatro artistas llegaron por diversos medios a la Meca parisina, pero una vez allí solo oyeron hablar de un nuevo centro en la ciudad de Nueva York. El cambio de hegemonía artística que había comenzado en la inmediata posguerra era, en los años sesenta, un proceso consolidado que los artistas argentinos aún no habían percibido. Al regresar a Buenos Aires, estos artistas se sintieron dueños de un nuevo convencimiento que los llevó a plantearse una tarea, casi una misión, que debían llevar a delante.
En 1962 estos artistas se encuentran, después del golpe que depone el presidente Frondizi, con un país conmocionado por los enfrentamientos entre azules y colorados. Penetrando la política en la temática de su pintura.
En 1963 se da la consagración del grupo: con la invitación a presentar en el Museo de Bellas Artes.
Pero la Nueva Figuración no fue el único lanzamiento de esos años. Después de trabajar juntos durante varios meses experimentando con la música y recogiendo en las calles y en los depósitos de basura de la quema de Buenos Aires el material que utilizarían para entretejer su programa, un grupo de artistas- Barilari, Kemble, López Anaya, Roiger, Seguí, Torras y Wells- presentó en 1961 la exposición Arte Destructivo en la galería Lirolay.
Exhibieron diferentes objetos destrozados por ellos mismos, proponiendo un espectáculo inédito en Buenos Aires.
El espectador fue convocado en los sesenta como elemento activo de las obras, en algunos casos, como parte de la obra misma. Este deseo de unir el arte con la vida es definitorio en las intervenciones sobre el espacio cotidiano que Alberto Greco denominó Vivo- Dito. ( Alberto Greco, 1931-1965),
“El artista argentino, es una de las principales figuras del informalismo en el país y autor del Vivo Dito, actitud artística cercana al happening que rechazaba las normas estéticas establecidas y señalaba a la persona como esencia del arte.” (Encarta, 2003)



I NFORMALISMO

El informalismo es una corriente derivada del arte abstracto que se origina en Estados Unidos y en Europa teniendo gran difusión al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Los artistas de este movimiento se revelan frente a las corrientes constructivistas y formalistas.


Sentido del término
El término "informalismo" tiene sus orígenes en el año 1952 como consecuencia de una exposición organizada por Michel Tapié. Sin embargo se le ha atribuído diversas denominaciones: "tachismo" o "manchismo", expresionismo abstracto, "action-paiting" (pintura-acción), pintura gestual, "art-autre" (arte distinto) y pintura matérica.
Las definiciones del informalismo son abundantes. De todos modos, provengan de los críticos involucrados en la tendencia o de los propios artistas, lo único que tienen en común es su incapacidad de abarcar el fenómeno en su totalidad. El término “informalismo” fue utilizado por el crítico Michel Tapié (Albi, 1909 - París, 1987); surgió del título de la muestra Signifiants de l’Informel, realizada en el estudio Fachetti (París) en noviembre de 1951, con obras de Fautrier, Dubuffet, Michaux, Mathieu, Riopelle y Serpan. Estos los podemos caracterizar como antecedentes plásticos del movimiento.
Poco después Tapié publicó el libro Un art autre (Un arte distinto). Su concepción del arte autre era la de una manifestación que partía de cero, en oposición al academicismo abstracto y en favor de un arte donde “la expresión sólo ordena”. No era suficiente abandonar la geometría y recurrir a las formas libres, por el contrario, resultaba imprescindible romper con los problemas plásticos, para refugiarse en el “hacer” sin control, en la espontaneidad total.
En 1954 apareció, en el contexto de la crítica francesa, el término tachisme (manchismo), utilizado por Charles Estienne. Hacia la misma época se divulgó la denominación action painting, propuesta por Harold Rosenberg en 1952. Con ella identificaba a un sector del arte norteamericano fundado en la violencia expresiva de la ejecución material.
Abstracción lírica, tachismo, pintura sígnica, pintura gestual, pintura matérica, eran propuestas que reflejaban la filosofía de la época (existencialismo sartreano y fenomenología de Merleau-Ponty), a través del compromiso del cuerpo con la acción pictórica.
La expansión de las tendencias informales fue rápida y generalizada. Diversos grupos y artistas independientes en Francia, Alemania, Italia, Japón, España, Estados Unidos y Sudamérica se inclinaron por una pintura que no parecía admitir límites nacionales y sólo recogía algunas características propias de las tradiciones locales.

Qué proponen:
En sus obras se proponen reflejar y liberar el misterioso mundo del inconsciente, autor de la creación. El artista se deja llevar por sus impulsos y elabora sus composiciones sin importar el orden de los elementos.
Algunos reflejan su emoción nerviosa mientras que otros un mundo silencioso y quieto.

La forma:
Éste tiende a la forma irregular e imprecisa y se opone a la imagen tradicional, de estructura geométrica y precisa.

La materia:
La materia ocupa un papel fundamental y se aplica utilizando técnicas poco comunes: se lanza la pintura al azar y se deja chorrear. Se emplea desde el óleo hasta el cemento, también arpilleras, maderas y chapas.
Así, las galerías se vieron invadidas por texturas marcadas, composiciones en apariencia azarosas, frecuencia de chorreados, presencia evidente del gesto subjetivo, utilización total del soporte como campo continuo, abusos de materiales heterodoxos.
“El informalismo argentino incorporó las prácticas artísticas locales, procedimientos reñidos con el “buen gusto”. Basado en las poéticas existenciales, a través de la espontaneidad gestual y el empleo de materiales de desecho, violentó los límites de los géneros artísticos tradicionales y abrió el camino al objeto, las instalaciones y al arte de acción.” ( Centro virtual de arte Aegentino, Dossier)

Exposiciones
El 21 de abril de 1958 se inauguró, en la Galería Pizarro, el IV Salón de la Asociación Arte Nuevo. Entre las abstracciones (geométricas o libres) se encontraban obras de Kenneth Kemble. Durante el mismo año, buena parte de los artistas que adscribían al informalismo participaron en muestras individuales o colectivas: Towas expuso, en el mes de septiembre, en la Galería Galatea; en el mes de octubre, Alberto Greco expuso con varios artistas de San Pablo, en la Galería Antígona; Fernando Maza se presentó en la Galería Rubbers; Pucciarelli exhibió, en septiembre, en la Galería Galatea. Luis Alberto Wells expuso monocopias, en la misma galería, durante el mes de octubre.
En ese contexto, la adhesión a la dirección informalista fue rápida y sin mayores transiciones. El 13 de julio de 1959 se realizó, en la Galería Van Riel, la primera exposición del Movimiento informal, que integraban Enrique Barilari, Alberto Greco, Kenneth Kemble, Olga López, Fernando Maza, Mario Pucciarelli, Towas y Luis Alberto Wells.
La exposición fue recibida con desconfianza por el público y por la crítica. Se dudaba de la seriedad de esas propuestas. No tuvo mejor fortuna la segunda y última muestra del grupo, organizada por el Museo de Arte Moderno, que se presentó, en noviembre del mismo año, en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.
Kemble presentó dos collages para la exhibición. La vulgaridad de los materiales, su fealdad y degradación, produjeron una evidente molestia entre los organizadores de la muestra, aún cuando una de las características de la Asociación era la ausencia de todo juzgamiento de las obras previo a su exposición.
Los directivos de Arte Nuevo comunicaron al desconocido pintor que, si bien respetaban la libertad creadora, creían conveniente que modificara su envío, porque los collages no se integraban en el contexto general de la muestra. Ante la negativa de Kemble, decidieron exponer un solo trabajo. Eligieron uno de 1957, realizado con trapos desgastados y manchados por el uso.
En la Galería Pizarro, desde entonces principal difusora de las expresiones informalistas, se inauguró, el 7 de julio, otra exposición con obras de Greco y Pucciarelli, en esta ocasión acompañados por Florencio Méndez Casariego y Estela Newbery
Este movimiento lleva a cabo sus primeras exposiciones en la Argentina en el año 1959 en la Galería Van Riel. Olga Lopez, Kenneth Kemble, Alberto Greco, Mario Pucciarelli, Fernando Mazza y Enrique Barilari son sus participantes.
Más tarde en el Museo Sívori figuran Luis A. Wells, Jorge Roiger y Towas.

Características del grupo y sus artistas:
Dentro de las diferentes exposiciones que se han presentado se puede distinguir una obra basada en el uso de materiales heteróclitos y pobres, en restos, en andrajos de trapos sucios, manchados y caducos. Kenneth Kemble era el autor de ese insólito collage que desafiaba rudamente la estética dominante, oponiéndose radicalmente a la lisura, la precisión y el refinamiento de la abstracción dominante.
Los jóvenes artistas del Movimiento informal, en pocos meses, intercambiaron conocimientos. Discutieron mucho y realizaron experiencias colectivas. En una vieja casona del barrio de Belgrano, en la que Barilari tenía instalado su taller –que compartía con López y Wells–, se produjeron los primeros encuentros con Greco y Pucciarelli. Poco después, invitado por los dos últimos, se sumó Kemble. Predominando en sus obras la materia, las texturas complejas, los grumos y las mixturas. En otros casos, todo estaba fundado en el signo o el gesto.




Bibliografía:

· Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
· Investigación en Internet. (Informalismo Argentino, imágenes informalistas Argentinas, biografías Kenneth Kemble)
· Pintura Argentina-Abstracción II-distribución clarín.
· Historia del arte Argentino
· Webs de cultura, Centro virtual de arte Argentino, Dossier.